lunes, 14 de diciembre de 2015

COP21: Hitos del acuerdo

SINC


El 12 de diciembre de 2015 pasará a los canales de la historia como la fecha en que se aprobó el primer tratado universal y jurídicamente vinculante por el clima.
El Acuerdo de París ha sido adoptado la tarde del pasado sábado por más de 195 países e incluye por primera vez a dos de los mayores contaminantes del mundo: EE UU y China.
El objetivo al que todos se han comprometido para finales de siglo es limitar el aumento de la temperatura media global en 2 ºC. Pero el documento refleja luces y sombras.
El plenario ha roto en aplausos esta tarde del 12 de diciembre de 2015 cuando se ha aprobado el Acuerdo de París. / COP PARIS
Tras dos agotadoras semanas, y después de años de negociaciones, la cumbre del clima de París (COP21) culmina, por fin, con éxito. Las 196 partes reunidas desde el 30 de noviembre han acordado por primera vez un texto universal y jurídicamente vinculante para actuar contra el calentamiento global. Sin duda, esta es la principal victoria del acuerdo.
“El verdadero éxito del acuerdo es que es universal”, indica  Jean Jouzel
Han pasado ya seis años del fiasco de la cumbre del clima de Copenhague (Dinamarca), en la que todas las opciones de establecer un acuerdo que sustituyera al Protocolo de Kioto se desvanecieron. El Acuerdo de París presenta un nuevo futuro, en el que son protagonistas todos los países del mundo y en el que la ciencia guía las decisiones políticas.
“El verdadero éxito del acuerdo es que es universal”, indica Jean Jouzel, climatólogo francés y vicepresidente del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) desde 2002. Para este científico, uno de los más prestigiosos del mundo en cambio climático, el texto supone además un gran avance para la ciencia que es mencionada en los artículos 4, 7 y 14.
"Se reconoce la necesidad de avanzar. No solo de llegar a los 2 ºC, sino también la voluntad de quedarnos por debajo del 1,5 ºC", señala Isabel García Tejerina, ministra española de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, presente hoy en el plenario de la COP21.
Adiós a los escépticos del cambio climático
Las múltiples referencias a la ciencia en el acuerdo demuestran que el mensaje del IPCC ha sido escuchado, desde que publicó su primer informe en 1990. En la cumbre de Río de Janeiro (Brasil) de 1992, la información era vaga, no actuar era “peligroso”. Copenhague recalcó el límite de los 2 ºC. En París, todos los países se comprometen a reducir sus emisiones para que la temperatura del planeta no aumente de 2 ºC a finales de siglo, y harán esfuerzos para limitarla a 1,5 ºC.
La aprobación del acuerdo supone el final de los escépticos del cambio climático. “Han perdido la batalla”, dice van Ypersele
“Si hay acuerdo hoy en París es gracias a los trabajos del IPCC que han demostrado no solo que hay una urgencia por actuar sino también elementos de solución”, explica Jean-Pascal van Ypersele, climatólogo de la Universidad católica de Lovaina (Bélgica) y ex vicepresidente del IPCC, para quien la tecnología y las energías no han dejado de desarrollarse y permitirán a corto plazo una descarbonización de la economía.
El texto recoge la necesidad de presentar en 2018 un informe especial del IPCC sobre los efectos que produciría un calentamiento global de 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales y las trayectorias correspondientes que deberían seguir las emisiones mundiales de CO2.
Para ello, un elemento clave del acuerdo es la introducción de las contribuciones determinadas e intencionadas a nivel nacional de las emisiones de CO2 (INDC, por sus siglas en ingles) que 187 países han presentado en los últimos meses, a los que se ha unido hoy en el plenario Venezuela. Según las intenciones de reducción de emisiones, a finales de siglo, el aumento de la temperatura se situará en entre 2,7 ºC y 3,5 ºC, un objetivo que se aleja de los 2 ºC y aún más del 1,5 ºC, tan exigido por los países de las islas del Pacífico y el Caribe, en especial Nicaragua, al término de las negociaciones.

Revisión cada cinco años

Para lograrlo, el documento establece como fecha límite el año 2020 para que las INDCs sean revisadas y actualizadas y así cumplir con el objetivo. Sin embargo, “se llegará a un aumento de 1,5 ºC en un plazo de 5 a 10 años si se siguen emitiendo gases de efecto invernadero al ritmo actual”, advierte  Jouzel, a quien le parece razonable la fecha 2020 ya que es lo que los países realmente pueden cumplir
Las revisiones se harán cada cinco años. “Y cada ciclo será más ambicioso que el anterior”, afirma Steffen Kallbekken, director de investigación de CICERO y del Centro Internacional del Clima y de la Política Energética. Pero “el objetivo de 1,5 ºC es muy difícil de cumplir”, subraya.
Los científicos entienden el equilibrio entre lo que emiten los países y lo que absorben los sumideros como una descarbonización neta del mundo
“Las contribuciones de reducción de emisiones de CO2 son significativas aunque no suficientes”, dice Jouzel. “Habría que duplicarlas pero es un buen punto de partida hacia otro tipo de desarrollo. Es ahora que se debe actuar”, afirma el experto glaciólogo.
Para los científicos, contentos del desenlace del acuerdo, el texto sigue siendo imperfecto pero trata sobre todos los temas importantes: adaptación, reducción de emisiones, pérdidas y daños, financiación, etc. “Mejorará en los próximos años pero ahora es importante tener un marco claro para que todos los países del mundo sepan en qué dirección ir”, zanja Van Ypersele, para quien la aprobación del acuerdo supone el final de los escépticos del cambio climático. “Han perdido la batalla”.

¿El fin de los combustibles fósiles?

El estancamiento de emisiones de CO2 –que representan el 75% de las emisiones totales de efecto invernadero– observadas en los años 2013 y 2014 representan un signo de esperanza para afrontar los nuevos retos que hoy se han comprometido a cumplir los países. “Y podrían haberse estancado para 2015 y 2016, aunque las evaluaciones no son aún muy precisas”, añade Jouzel. Aunque aún no hemos alcanzado el pico de emisiones.
Pero para llegar al consenso, los países han jugado a un tira y afloja, cediendo en algunos aspectos y luchando por otros. En este sentido, el tema de la mitigación no ha dejado de variar en los diferentes borradores presentados a lo largo de estas dos semanas. Del texto se han eliminado puntos que estaban entre corchetes y que provocaban discrepancias como la descarbonización, las cero emisiones netas de gases de efecto invernadero y la neutralidad.
“Ahora no solo se habla de renovables sino que se ponen en marcha proyectos, se ven coches eléctricos, es algo que se materializa”, observa Jouzel
Finalmente, el documento menciona la necesidad de “alcanzar un equilibrio entre las emisiones antropogénicas y los sumideros de carbono en la segunda mitad del siglo XXI, en base a la justicia, y en el contexto del desarrollo sostenible y los esfuerzos para erradicar la pobreza”. Los científicos entienden este equilibrio entre lo que emiten los países y lo que absorben los sumideros como los bosques y los océanos como una descarbonización neta del mundo.

La tecnología que cambiará el mundo

La financiación ha sido otro de los aspectos que más han retrasado las negociaciones. Las capacidades económicas y la voluntad de reducir las emisiones de cada país han sido a veces contradictorias –sobre todo en cuanto a los países emergentes como China e India, grandes emisores de CO2–. Pero la presencia (aunque invisible en el acuerdo) de las energías renovables y la eficiencia energética están cambiando el rumbo de un planeta que requiere urgentemente
El tratado logrado hoy en parte ha sido por los progresos y el desarrollo tecnológico obtenido en los últimos seis años, desde el fracaso de Copenhague, donde no se vieron las soluciones al problema del cambio climático. Ahora es diferente. “No solo se habla de renovables sino que se ponen en marcha proyectos, se ven coches eléctricos, es algo que se materializa”, observa Jouzel.
El progreso tecnológico crea confianza política y empresarial, y a él se une el fondo económico de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 que los países se han comprometido a aportar para luchar contra los efectos del cambio climático. El texto final incluye una revisión al alza de esta cantidad, que algunos sectores consideraban insuficiente, a partir de 2025.
El texto final incluye una revisión al alza de los 100.000 millones de dólares a partir de 2025
Para los ecologistas este aporte sigue siendo insuficiente, sobre todo para los países y pueblos más vulnerables al aumento de las temperaturas. "Las naciones que causaron este problema han prometido muy poca ayuda a las personas que ya están perdiendo sus vidas y medios de subsistencia", declara Kumi Naidoo, portavoz de Greenpeace en la COP21.

¿Y ahora qué?

“El verdadero éxito no son las palabras que aparecen en el Acuerdo de París sino lo que tiene que hacerse para que se cumpla”, subraya Daniel Esty, profesor de leyes y política medioambientales en la Universidad de Yale (EE UU). Aunque el texto haga una mención al límite del 1,5 ºC, ninguno de nosotros veremos si se alcanza el objetivo.
“Incluso intentando limitar las emisiones para llegar a 1,5 ºC, hay cosas ineludibles que ocurrirán en los países isleños a final del siglo XXI: aumento del nivel del mar en 40 centímetros, muerte de arrecifes de coral y acidificación del océano”, alerta el vicepresidente del IPCC.
Por eso, el trabajo de Naciones Unidas y de las 196 partes que participan en la COP21 no culmina aquí. El Acuerdo de París no es más que el principio de un proceso que el 22 de abril de 2016 quedará firmado y que entrará en vigor en 2020.

Un momento histórico y emotivo

“El acuerdo de París queda aprobado”, ha exclamado un emocionado Laurent Fabius, presidente de la COP21. Tras dar el martillazo final en el plenario en la tarde de este 12 de diciembre de 2015, los países han expresado sus alegrías, voluntades, exigencias y esperanzas. Destacamos algunas de las declaraciones más simbólicas.
Nicaragua: "El 50% de los compromisos estaban condicionados por la financiación. Consideramos que debe haber un artículo 2 bis. Si los resultados de los INDCs llevan a escenarios mayores de 1,5º C se debe calcular un presupuesto de carbón global"
Por el grupo de integridad medioambiental, Suiza. "Muchas delegaciones hablarán de un día histórico. El 27 de mayo de 1927 llegó el primer vuelo transatlántico aquí en Le Bourget que unía dos mundos. Hoy encontramos una nueva pista de aterrizaje común que une al mundo".
Unión Europea. Miguel Arias Cañete: "Durante los últimos días la Unión Europea ha demostrado su dedicación y compromiso. Hemos dado ya inicio a una coalición elevada". "Desde la UE aumentaremos nuestro apoyo financiero. Tenemos ante nosotros un acuerdo robusto. Es un verdadero progreso tangible y eso es lo que espera de nosotros el mundo".
Marruecos.  País anfitrión de la próxima COP: "La de Marrakech será una COP de la acción de la innovación y un intercambio de soluciones". "Hemos ganado una batalla aquí en París, pero la lucha sigue".
China. "Es cierto que el acuerdo no es perfecto y que hay algunos elementos que mejorar, pero esto no nos ha impedido dar un paso adelante". "Ya tenemos un acuerdo, el próximo paso es aplicarlo".
EE UU. Jonh Kerry: "Francia, en unas circunstancias muy difíciles, perseveró y no dejó que las fuerzas flaquearan. Hoy el mundo le da las gracias. Han desempeñado un papel capital y todos nos hemos sumado a ese esfuerzo". "Todos estábamos reunidos aquí para no repetir los errores del pasado. Con este acuerdo dejamos un legado para nuestros hijos, nuestros nietos y las futuras generaciones. Sé que todos viviremos mejor gracias al tratado que hemos adoptado hoy".
India. "Queremos que el Acuerdo de París cumpla las palabras de Gandhi: Debemos preocuparnos por un mundo que no veremos".
Christiana Figueres. "Es un acuerdo de convicción, de solidaridad con los más vulnerables, de visión a largo plazo y de compromiso, para que este marco jurídico sea un motor para este siglo. Terminamos esta COP celebrando un nuevo capítulo para el mundo. Hoy podemos decir ¡lo hemos hecho!"
Venezuela. "El acuerdo refleja la igualdad de género, el empoderamiento de la mujer, el derecho a la salud, la justicia climática, la madre tierra y sobre todo derechos humanos". "A mí todo el mundo me recuerda por la COP de Copenhague. El presidente Hugo Chávez dijo que no entonces, porque consideró que el multilateralismo podía hacerlo mejor. Hoy lo hemos hecho mejor".
Ban Ki-moon. "Hoy podemos mirar a nuestros hijos y nuestros nietos a los ojos y decirles que nos hemos unido para dejar a las generaciones venideras un mundo más habitable".
Países africanos."Los países africanos se van con la inclusión de la adaptación y un objetivo claro de mitigación y objetivos diferenciados. Nos queda mucho trabajo por delante. Ansiamos la llegada de una era que traiga justicia climática".
Ecuador. "París no es un fin, es un comienzo. De nada sirve este esfuerzo colectivo que no obligue a todas las partes. Confiamos que los ciudadanos del mundo y especialmente los jóvenes comprendan que la vida no es un negocio y que hay que estar acorde con la naturaleza".
François Hollande, presidente de la República de Francia. "Cuando se nos pregunte sobre el sentido de nuestra vida podremos contar muchísimas historias. Pero habrá una que siempre volverá. El 12 de diciembre estábamos en París para alcanzar el acuerdo sobre el clima y estaremos orgullosos ante hijos y nietos".

Palabras clave en el Acuerdo Climático


COP21 / SINC


Dos semanas, más de 40.000 personas de todas partes del mundo y un tema común: el cambio climático.
Así podría resumirse en una sola frase la actividad de esta cumbre del clima que está a punto de terminar en París, a la espera de que las 196 partes aprueben a lo largo de la tarde el ansiado acuerdo por el futuro del planeta. El texto final acaba de ser presentado.

Estas son algunas de las palabras más escuchadas durante la cop21

Un chino, un español y un francés se sientan en la mesa de un bar la mañana de este sábado en París. Aunque pueda sonar a chiste, lo mejor está por venir.
En vez de comentar el partido de la liga de turno o la película que se estrena esta semana charlan de mitigación, adaptación, diferenciación y financiación. No juegan al scrabble, ni hablan en clave. Están en la cumbre del clima de París que acaba de presentar su texto final. El día de hoy puede pasar a la posteridad.
"El acuerdo contiene los principales progresos que muchos pensaban que serían imposibles. Es diferenciado, justo, duradero, dinámico, equilibrado y jurídicamente vinculante", ha declarado Laurent Fabius, presidente de la COP21 y Ministro de Asuntos Exteriores francés.
"El texto es diferenciado, justo, duradero, dinámico, equilibrado y jurídicamente vinculante", ha señalado Fabius
A lo que François Hollande ha añadido: "De qué habrá servido todo el trabajo si no llegamos a un acuerdo. El último paso es el que permite llegar a la meta". Este documento integra las voluntades individuales de los países respecto a la lucha climática por un bien común, la protección del planeta. Hasta esta tarde no sabremos si el 12 de diciembre de 2015 pasará a los libros de historia.

Algunas claves para entender el texto final

Los asistentes a este macro evento saben que para llegar hasta aquí, además de dominar el inglés con sus múltiples acentos, tienen que traer la lección aprendida de la sopa de letras, palabras y siglas que componen los textos. Estos son algunos de los términos más oídos por los pasillos, conferencias, salas de prensa y plenarios. Son la base del texto y este su significado:
  • Mitigación. Son las medidas, políticas, tecnologías y prácticas que los estados van a tomar para controlar las emisiones de CO2 y no superar el límite de aumento de las temperaturas de 1,5 ºC o 2 ºC respecto a los niveles preindustriales.  
  • Contribuciones. Más de 180 países han aportado sus contribuciones determinadas e intencionadas a nivel nacional (INDC, por sus siglas en inglés) de las emisiones de gases de efecto invernadero.  El texto final del acuerdo incluye revisiones cada cinco años de dichas contribuciones. Además, invita al Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) a proporcionar un estudio técnico en 2018 sobre los impactos del calentamiento global de 1,5 ºC y sobre la evolución de la emisión de los gases de efecto invernadero.
El futuro acuerdo establece que en 2025 se revisará al alza el fondo económico de los 100.000 millones de dólares
  • Adaptación. En este punto la frase hecha adaptarse o morir adquiere su total significado. Es la forma en la que los sistemas humanos o naturales se ajustan a los entornos nuevos o cambiantes provocados por el calentamiento global. A este apartado están asociados varios fondos de financiación.
  • Diferenciación. Se trata de la responsabilidad común pero diferenciada de los estados. En los objetivos de reducción de emisiones, los países industrializados, y por tanto los más contaminantes, tienen que responsabilizarse más, y los países en desarrollo actuar en función de sus capacidades económicas. Sin embargo, mientras que EE UU han aceptado ser uno de los países más contaminantes, otros países emergentes y con grandes emisiones de CO2 como China, India y Sudáfrica –en las últimas horas, Brasil se ha unido a la Coalición de Alta Ambición Climática– se han mostrado hasta ahora reticentes.
  • Financiación. Los países más empobrecidos recibirán una ayuda económica para enfrentarse a los efectos del cambio climático. Pero aún queda por decidir cómo se distribuirán las ayudas y qué países contribuirán. A esto se une la ayuda de 100.000 millones de dólares a partir de 2020 para los países más desfavorecidos. El futuro acuerdo establece que en 2025 se revisará al alza este fondo económico.
  • Pérdidas y daños. Se definen como los efectos negativos de la variabilidad del clima y el cambio climático que las personas no han podido sobrellevar. Las pérdidas y daños están intrínsecamente ligadas al esfuerzo de mitigación y adaptación, en el sentido que cuanto más ambiciosamente se persiga la mitigación, menos efectos de cambio climático habrá; y cuantas más adaptaciones se realicen, menos efectos de pérdidas y daños. 

 

lunes, 10 de agosto de 2015

lunes, 27 de julio de 2015

Las bolsas plásticas se han convertido en un problema ambiental para el país | Correo del Orinoco

Leyes, ordenanzas y otras acciones ayudarían a limitar su uso|Las bolsas plásticas se han convertido en un problema ambiental para el país
Publicado el 26 julio, 2015 en Ambiente y Ecologia,Inicio,Nacionales,Sociedad,Venezuela
Es corto el trayecto que comparten las personas y las bolsas. A lo sumo, el tiempo requerido para trasladar la compra desde el sitio de venta hasta la casa, y tal vez el de ñapa que le concede a la bolsita en cuestión el ser albergue de basura hasta el relleno sanitario (en el mejor de los casos) o el botadero (la gran mayoría).

Pero esa bolsa que llevamos nos supera en tiempo de vida (ellas subsisten unos 100 años y las personas entre 70 y 80), y aunque no nos crucemos más con ella, muchas otras personas sí lo harán, les guste o no. Y esto la convierte en un problemón que inquieta a gobiernos y figuras dedicadas a la preservación del ambiente. Una de esas figuras es Alejandro Luy, biólogo y gerente general de la organización Tierra Viva, quien recalca que las bolsas son un problema a escala mundial, no solo en Venezuela; recuerda, igualmente, que ellas se encuentran en sitios tan altos como el Everest y tan profundos como el fondo del mar.

La bolsa se usa, como máximo, 20 minutos. “Eso se ha medido”, aclara Luy, en conversación con el Correo del Orinoco. En Venezuela se alarga un poco su vida, porque se utiliza para botar la basura, pero en otros países ni siquiera eso. “La bolsa está hecha con material que viene del petróleo; no se descompone, sino que se degrada”. Es, tal como lo reconoce, “un instrumento muy útil, porque pesa poco y resiste mucho y es de relativo bajo costo”, lo que ha hecho “que vivamos con este objeto”.

Se estima que unos mil millones de bolsas plásticas se emplean al día en el planeta. Aun cuando en Venezuela no hay un estudio concluyente, sí se cuenta con algunos indicadores: “ANSA, que reúne las grandes cadenas de supermercados, en 2013 calculaba que sus afiliados requerían 210 millones de bolsas al mes”.

Cita otra cifra, según la cual cada venezolana y cada venezolano consumirían 150 bolsas por año. “Con una buena acción coordinada se podría reducir a 50 bolsas por persona al año, lo que sería significativo”, calcula.

AMENAZA PARA EL AMBIENTE

La bolsa se utiliza en Venezuela para movilizar la compra y botar la basura, ilustra Luy. Ello implica que te entreguen un producto en una bolsita que no sería requerida, o que te guarden un pan en una bolsa alargada que servirá para muy poco.

En Estados Unidos se estima que se usan 500 bolsas al año por persona, y en naciones como Noruega se usan 4 por año. “En algunos países, incluso, están prohibidas las bolsas de plástico”, cita el biólogo.

Luego de utilizarlas, las bolsas concluyen en botaderos de basura o rellenos sanitarios, “o afeando el paisaje, como ocurre en Paraguaná”. También “terminan en nuestras playas”, entre los pies de un bañista, entre la arena, colgadas de los árboles.

Un estudio elaborado por Fudena en 2013 demostró que el tercer rubro más común en 263 playas fueron bolsas plásticas.

“A medida que se van degradando, las bolsas terminan en pequeños trocitos en el mar. Es decir, llegan a un cuerpo de agua, y pueden ser trozos tan pequeños, que el mismo zooplancton lo puede engullir, lo engullen los peces y los humanos comemos plástico”. En ese tiempo, las bolsas no tan degradadas “causan la muerte de al menos 250 especies”, como ballenas, tortugas o aves.

“El caso de las tortugas es muy particular, porque como la bolsa flota se parece a una medusa, la tortuga la ingiere y una bolsa plástica en su intestino causa la muerte”, lamenta el especialista.

Las dificultades con las bolsas plásticas son tan grandes, asegura, que en el mundo hay unas cinco islas de puro plástico. La más grande está en el océano Pacífico, rememora Luy. “Se forman por el movimiento de las corrientes. Si hay concentraciones de peces se alimentan de eso”, alerta, y el movimiento científico mundial no sabe cómo eliminar este dolor de cabeza.



Pero hay decisiones valientes, como las tomadas por Bangladesh: sufrieron dos eventos monzónicos muy fuertes y las bolsas -relata Luy- obstruyeron obstruyeron el drenaje de la capital, lo que los llevó a restringirlas. En Mauritania, donde se asumió una medida similar, “la prohibición de bolsas plásticas fue consecuencia de que 70% del ganado vacuno y caprino se moría por ellas”.

Este año, el ministerio del ambiente de Ecuador prohibió el ingreso de bolsas plásticas a las islas Galápagos, celebra, y menciona que para Tierra del Fuego existe una resolución similar. En naciones como Ruanda “también están prohibidas las bolsas plásticas”.

Se puede vivir sin la bolsa de plástico, sentencia Luy. “Ruanda hoy tiene las ciudades más limpias de África, y sin plástico”. Más de 20 países africanos tienen regulaciones sobre las bolsas, China promovió bolsas más gruesas que debían ser pagadas y ahorró energía, la Unión Europea instauró normas y está obligado a reducir el consumo de bolsas y a cobrarlas. En Estados Unidos hay más de 100 ciudades que tiene regulaciones sobre las bolsas plásticas, enumera el biólogo.

En Venezuela, en este momento, hay iniciativas de supermercados públicos y privados, pero “nos falta más; nos falta hacer más cosas más sostenidas en el tiempo”, admite.

ENTRE PROBLEMAS

Las bolsas plásticas no son el primer problema ambiental del planeta, pero destacan en la lista de los cinco y además están vinculadas con los primeros.

El cambio climático es la gran dificultad ambiental de la Tierra por sus consecuencias directas o indirectas, mas también se vincula con las bolsas plásticas “porque ellas son petróleo”, precisa Luy.

El agua como factor para el desarrollo es otro problema ambiental, y la realidad es que el plástico “es un contaminante presente en todas las aguas, que afecta la cadena alimenticia”. La pérdida de diversidad biológica es un gran problema ambiental, debido a la deforestación y la cacería ilegal, anota.

En Venezuela, agrega el biólogo, los principales problemas son el agua, porque “no toda la población tiene agua de calidad todos los días”. También lo es “la producción de residuos sólidos, por la cantidad que producimos y la manera como la manejamos”. Suma, por otra parte, la minería ilegal, que promueve la deforestación y contamina suelos, aguas y personas, así como la pérdida de diversidad biológica, las deforestaciones, las invasiones a las áreas protegidas y el comercio ilegal.

PEQUEÑAS DECISIONES, GRANDES TRANSFORMACIONES

Por si fuera poco, las bolsas plásticas dificultan la gestión de residuos sólidos. “Cuando ves la cadena de consecuencias de un producto que estamos derrochando, entiendes la gravedad. Por ser tan aparentemente inocuo lo dejamos a un lado, y eso tiene consecuencias”, alerta

Según apunta el biólogo, la materia prima para elaborar las bolsas viene de Pequiven. “Las bolsas plásticas que estamos botando son petróleo que estamos botando”, y por esa y otras razones deben ser “un tema de interés nacional”. Pese a ello, expone, solo tres municipios han legislado sobre el tema: Santos Marquina, “pero fue derogado y no está vigente”; Carirubana, en Falcón, que solo permite el uso de bolsas degradables; y Chacao, que únicamente avala el empleo de bolsas biodegradables.

Luy propone ensayar, con el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas e Inparques, algunas medidas, como no permitir el uso de bolsas plásticas, vasos plásticos ni removedores en parques nacionales. “Lo importante es ver el problema y ver qué podemos hacer para atenderlo. El fin de los parques nacionales es proteger la flora y la fauna, y probablemente con decisiones administrativas podemos dar un primer paso”, alega.

Es posible, igualmente, aprobar ordenanzas municipales que regulen las bolsas “y que fomenten otra manera de relacionarse”.

Como gerente de Tierra Viva, plantea acuerdos interinstitucionales. “Ha faltado, desde la perspectiva privada, educar al consumidor y a sus trabajadores sobre la necesidad de hacer un uso correcto de la bolsa plástica. Muchas veces quienes embalan dan doble bolsa, aunque no es necesario”, detalla. Esta práctica, y otras similares, podrían erradicarse con medidas como las bolsas ecológicas o reservorios confeccionados con tela u otros materiales.

Tierra Viva, en alianza con La Botiquería, ha puesto las bolsas en el tapete y ha dado recomendaciones, “Hemos trabajado el tema en televisión, radio y medios impresos, y en las 126 farmacias que forman la red”, ilustra Luy. Incluso, el año pasado elaboraron el documento Bolsas plásticas, un problema nada ligero, que se envió a las gobernaciones, el Parlamento y el Gobierno Nacional, para ofrecer opciones.

El pasado 3 de julio, la dirección de ambiente de Chacao y seis supermercados “nos unimos y hubo mensajes sobre el riesgo de las bolsas plásticas”.

¿Y la legislación?

¿Legislar sobre las bolsas plásticas es posible? La respuesta, clarísima, surge en boca de Luy: Sí, y no solo es posible, sino que se ha puesto en práctica en países como Irlanda. Allí “se puso un impuesto a la bolsa plástica y en poco tiempo se redujo el consumo de 328 a 20 bolsas al año”. Pero, cabe la acotación, alrededor de eso hubo campaña, concienciación y educación. “El dinero que se recaudaba por el pago de la bolsa se destinaba a un fondo ambiental para sostener proyectos educativos”, remarcó.

Para Venezuela, la organización Tierra Viva propone “un trabajo continuo y sostenido de educación a todos los niveles, para diferentes públicos”, ya que las leyes y ordenanzas “deben ser consecuencia de un trabajo que se haga con la gente” y con acciones como las que se puedan tomar en parques nacionales y locales comerciales.

Incluso, todo podría comenzar -en el mercado popular, en el supermercado, en la red pública o la red privada- con la pregunta a la usuaria o al usuario: “¿Usted realmente necesita la bolsa?”. Si todos los comercios formularan la interrogante sería mucho lo que se lograría, asevera Luy.

Hay otros pasos, como cajas rápidas en los supermercados para quienes poseen bolsas ecológicas, o no evitar las bolsas para frutas y verduras. La suma de los pequeños esfuerzos es muy importante, insiste, porque cada persona puede ahorrar decenas de bolsas.

Luego del proceso educativo, y no antes, Tierra Viva plantea que el Parlamento, Pequiven, ANSA y varias ONG unan esfuerzos para “una legislación acorde con la realidad, orientada a reducir el consumo de bolsas plásticas”. La decisión, en todo caso, debe estar adaptada a la realidad del país y ser resultado “de un proceso de discusión”.

El mensaje “no es único, sino que debe estar segmentado para cada población”, porque no es igual una señora acostumbrada a usar doble bolsa para la basura, que un joven para quien la preocupación por el ambiente es algo cercano, distingue Luy.

“Sí se pueden hacer cosas”, subraya. “Qué bueno sería ver que las grandes empresas de supermercados empiecen a entrenar a su personal para hacer esos cambios, por ejemplo. Muchas cosas podemos hacer”, convoca el biólogo. Una de ellas es decir “no, gracias” cuando ofrezcan una bolsa.

T/ Vanessa Davies
F/ María Isabel Batista

Las bolsas plásticas se han convertido en un problema ambiental para el país | Correo del Orinoco

viernes, 24 de julio de 2015